Cuando una persona acepta una herencia lo hace con todas sus consecuencias, heredando derechos, pero también obligaciones. La respuesta por lo tanto, sin dudas, es SÍ. Pero hay que hacer una advertencia muy importante.

En Euskadi, y de conformidad con la ley Civil Vasca se establecen algunas diferencias con respecto otras regiones del Estado en lo que se refiere a la responsabilidad del heredero por las deudas y cargas del fallecido.

El heredero ocupa las posiciones del fallecido, también deudas y se subroga en sus obligaciones,

pero tan solo responde de las mismas hasta donde llega el patrimonio de la herencia.

De esta forma el patrimonio del fallecido y del heredero se mantienen diferenciados y separados, sin llegar a unificarse, quedando a salvo de cualquier responsabilidad los bienes propios del heredero.