Si bien no es imprescindible, en muchas ocasiones el tipo de actividad, la complejidad de las materias sobre las que haya que tomar decisiones o llegar a acuerdos, el momento económico o social que vive la empresa o la carga de trabajo que pueda tener el representante legal de la empresa puede determinar la conveniencia de apoyarse en un profesional experto que no sólo pueda ayudarte a analizar la situación de partida y los diferentes escenarios que debas identificar y trabajar en profundidad antes de sentarte a negociar, sino que te acompañará durante las diferentes sesiones y conversaciones que debas mantener con la otra parte y te asesorará para la resolución de cualquier conflicto imprevisto que pueda surgir durante el proceso.

También puedes delegar esta responsabilidad y las actuaciones derivadas de la misma en un abogado experto y de confianza, para que actúe en tu nombre y asuma tu posición en este tipo de procesos. No dudes en consultarnos cómo hacerlo.